¿Por qué seguimos contaminando?
A veces es difícil explicarse la verdadera causa por la que, como seres humanos, continuamos contaminando el medio ambiente. Los patrones de comportamiento que seguimos como sociedad nos llevarán tarde o temprano a una eminente extinción si no se corrigen. Pero para poder cambiar nuestra forma de pensar es necesario conocer a profundidad las razones principales que nos impiden realizar un verdadero cambio. Además, en este artículo te presentaré una solución para cada problemática presentada, de manera que tendrás una perspectiva más amplia del panorama a nivel nacional y mundial.
Nuestra vida cotidiana depende de actividades destructivas
Es muy interesante ver que a pesar de los avances tecnológicos y la necesidad de reducir la contaminación, nuestros autos siguen utilizando combustible fósil. Lo peor es que se pretende entrar al mundo de los autos eléctricos con una transición muy lenta. Además, la industria alimenticia usa procesos altamente contaminantes para la obtención y distribución de sus productos. Seguro habrás visto decenas de documentales que hablan de estos temas; personalmente te recomiendo Who Killed the Electric Car?, y La Agricultura Negada.
Aun así, no podemos continuar echando culpas a las industrias por imponernos un sistema de vida tan agresivo contra la naturaleza. Pero ¿a caso es mejor callar y aceptar este destino aparentemente más grande que nosotros? La respuesta es que NO. En una ciudad desarrollada, no necesitas de un automóvil todos los días. Puedes adquirir alimentos directamente en los mercados locales, o mejor aún, cultivarlos tú mismo. Las actividades destructivas industriales reflejan las necesidades de una sociedad incrédula y ciega que, aún sabiendo la realidad detrás de lo que consume, se aferra al estilo de vida en el que se encuentra más cómoda.
Realizar cambios pequeños en nuestros hábitos pueden hacer una enorme diferencia en la lucha para ayudar a salvar al planeta.
Estos instantes de decisión son clave para quitar poder a las industrias que impiden un desarrollo sano de la sociedad. Es mentira que dichas empresas han establecido una forma de vida… la forma de vivir la establecemos nosotros. Si estos puntos son carentes de sentido para ti, entonces es importante poner atención a la siguiente razón que estoy por presentarte.
No tenemos el nivel de consciencia suficiente para ejercer un cambio
Ser consciente de la amenaza que representan nuestras actividades como humanos en el planeta va más allá de leer artículos en internet, de ver documentales o de compartir campañas de apoyo en redes sociales. Se necesita ser capaz de detenerse un momento y mirar al rededor, el color del cielo, el aroma del aire que se respira. Esto es, literalmente, aprender a ver el grave error que estamos cometiendo como sociedad. Muy seguido realizo esta actividad en mi ciudad, donde utilizar mi motoneta para reducir agentes contaminantes, es un riesgo altísimo para mi salud. Esto es debido a que al respirar (sobre todo en el centro de la ciudad) puedo percibir todos los gases nocivos que contaminan el oxígeno, y que, por consiguiente, lastiman mis pulmones.
Para este proceso de ser consciente, existe una reflexión muy profunda, proveniente de una historia tolteca que involucra a un sabio y a su aprendiz. Ambos se encuentran a punto de saltar de un precipicio para probar su fuerza espiritual. Poco antes, el aprendiz se encuentra aterrado, lleno de dudas y tremendamente nostálgico porque, con gran probabilidad, dejará de ver a sus seres queridos. Entonces el sabio le revela uno de los “secretos” mejor guardados por la gente de su linaje a través de los años. El sabio le dice al joven que un guerrero no verá más la soledad ni se sentirá afligido si aprende a amar a su tierra (la naturaleza).
“Cuando aprendes a amar a tu tierra, ella te amará a ti, y no importa donde te encuentres, ella siempre estará ahí para ti, y podrás sentir su cariño, y no necesitarás nada más para ser feliz. Eso te dará poder para hacer cualquier cosa, para vencer cualquier miedo.”
Esta historia me conmovió mucho, pues como bien se sugiere, cuando aprendí a amar la naturaleza, me di cuenta lo mucho que ella hace por nosotros. Más impactante aún, me di cuenta lo mucho que sufría por mano del hombre, y podía sentir ese mismo sufrimiento. Esto me llevó a detenerme cada vez que he estado a punto de cometer un acto que dañe el planeta, por mínimo que sea, y de preguntarme si es realmente necesario hacerlo. Ser sensible con la tierra me dio el poder de la decisión. Y es que, si decido no consumir aquellos productos que impactan negativamente al medio ambiente, entonces los procesos para crearlos, y las mismas empresas, desaparecen. Tomar consciencia incluso de que cualquier efecto negativo causado actualmente, afectará de manera más grave a las siguientes generaciones, y por supuesto, a la gente que ya amamos.
No olvides que tus acciones reflejan lo que eres, y que si decides adoptar hábitos que ayuden a cuidar nuestra tierra, entonces tarde o temprano tu círculo social repetirá el proceso. Deja de pensar que tus acciones no harán ningún cambio, pues todo aquello que hagas por la naturaleza hoy será reflejado a mediano y largo plazo. Olvídate del “¿qué dirán?” cuando te vean recogiendo basura que ni siquiera tú tiraste. Olvídate de la “flojera” de evitar que alguien más contamine cuando es posible detenerlo.
La mejor alternativa que Eco World Building ofrece para compensar el impacto negativo, es ofrecer construcciones de vivienda y negocios con impacto ambiental positivo. El poder del cambio comienza con nuestra voluntad, y con el paso del tiempo, esta será suficiente para erradicar los males que la ambición y la codicia han generado en las últimas décadas.